Felices Fiestas y que Dios nos coja confesados

Ya vamos a entrar en plenas fiestas navideñas antes de despedir el año 2.009.

No puedo mas que desearos a todos que las paseis en familia, que es uno de los momentos del año en que podemos estar juntos. Ya se sabe que siempre falta algún ser querido, bien por motivos de lejanía, o bien porque ya no podrá acudir a ninguna reunión por haberse ido de este mundo, pero, al menos ese día, el corazón estará con ellos.

No debemos perder las tradiciones que tantos siglos ha perdurado entre nosotros; no debemos permitir que venga ningún "progre" de pacotilla a decirnos como hemos de celebrarla.

La Cena de Nochebuena en la que se celebra el nacimiento de Cristo, para una inmensa mayoría es un motivo de reunión familiar, es una fiesta en la que abuelos, hermanos, tios, primos, cuñados y cuñadas se proponen pasar una velada donde no faltan buenas viandas y buena bebida. Otros sin embargo siguen yendo a la Misa del Gallo, para éstos mi enhorabuena por continuar con la verdadera tradición. Le dan gracias a su Dios, por todo lo que supuso mandar a su Hijo a sacrificarse por todos nosotros. Seamos más o menos creyentes, pero estos días se deben a esa celebración.

Para los que no somos practicantes, el respeto a esa creencia y a ese mentenimiento de la Fe, debe primar sobre cualquier otra cosa en estos días, de ahí que felicite a quienes la mantengan, a pesar de que los vientos del S. XXI empujan hacia otro lado muy diferente.

Hoy en día se nos impone por parte de la clase política el respeto hacia los burkas y el odio hacia los crucifijos.

Se aprueba con excesiva facilidad una Ley que dicta las formas y modos en que ha de realizarse la matanza de inocentes en el seno de una adolescente.

Se nos impone por otro lado el máximo respeto hacia los adolescentes que cometen cualquier asesinato por grave que sea, por considerarse que su edad no merece el castigo apropiado.

Se nos bombardea desde los esquiroles medios de comunicación que todo aquel que ataque el sistema democrático es peor que Hitler o Mussolini, que las críticas al sistema sólo pueden hacerlo aquellos que se encuentren dentro del partido gobernante o de la oposición, el resto no tiene derecho.

Se conceden subvenciones y favores a los juglares que canten y apoyen al feudal, se castiga con la indiferencia al resto.

Se le da un trato de favor carcelario a los que matan impune y cobardemente a un militar o un guardia civil en nombre de una pretendida nacionalidad, mientras se negocia con los nuevos "nazis" nacionalistas cualquier trueque de una ley o una ampliación presupuestaria.

Se nos está imponiendo por la clase política dirigente un totalitarismo práctico al que no debemos menospreciar, te dirán donde debes fumar, donde ver corridas de toros, te grabarán tus conversaciones telefónicas y leeran los mensajes de tu móvil, le dirán al colegio privado que símbolo debe poner en el aula, dentro de poco en tu coche habrá letreros en su interior como en los autobuses "prohibido hablar con el conductor", "prohibido comer".

Además si tienes la mala suerte de considerarte español, te van a convencer de que eres un fascista, que debes respetar a los que quemen tu bandera o insulten a tu patria, que de ellos es el "Reino de los Progres".

En fin que, como decía mi abuela, "que Dios nos coja confesados" por que si esto sigue así, la próxima Navidad será una fiesta local o autonómica, donde la Misa del Gallo será clandestina, como los primeros cristianos pero sin catacumbas; donde los mantecados deberán llevar un cartel "El polvorón provoca enfermedades patrióticas", y las campanadas se sustituirán por "La Internacional" y nos regalarán una botella de cava catalán que recogeremos en Correos en vez de la bombilla económica de este año, todo sea por contentar a los compas anti-taurinos.

De todos modos, algunos seguiremos luchando por evitar este futuro tan totalitario que nos quieren programas nuestros chapuceros de coche oficial con conductor.

De nuevo Felices Fiestas y brindemos por acabar con ellos.